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jueves, 25 de agosto de 2011

Formas de resistencia indígena en los inicios de Buenos Aires: reducciones de Baradero, Tubichaminí y del Bagual (I)

Políticas correctivas del comportamiento social indígena y formas de resistencia en las reducciones de Baradero, Tubichaminí y del Bagual (primeras décadas del siglo XVII)

Mural del recuperado cementerio indígena de Baradero
Autoras/es: Florencia Carlón
(Fecha original del artículo: Noviembre 2006)

La oposición a las prácticas sociales y culturales del colonizador es abordada en este extenso artículo de la historiadora Florencia Carlón sobre los tiempos de la segunda fundación de Buenos Aires (1580). La comunicación entre "indios reducidos" y de "tierra adentro" para atacar, robar el ganado y huir. Publicamos a continuación la primera de dos partes.

Resumen:

Este trabajo se ocupa de las relaciones inter étnicas entre "blancos" e "indios", a partir del estudio de las reducciones creadas en la región pampeana como parte de los dispositivos de poder y dominación implementados por la sociedad colonial, y desde donde se pusieron en práctica políticas de corrección del comportamiento social indígena. A su vez, considerando a las sociedades indígenas como sujetos activos en dichos procesos, se indagan las múltiples respuestas o estrategias de resistencia generadas frente a las imposiciones de la vida en las reducciones.
 
 
1. Introducción(1)

A partir de un enfoque que intenta recuperar el aspecto dinámico de los procesos históricos operados en la región pampeana durante el siglo XVII, esto es, concibiendo a la frontera como un área de múltiples interacciones, nos proponemos indagar en las relaciones interétnicas entre “blancos” e “indios” (2). Para ello analizaremos las reducciones de indios (3) creadas en la región, como parte de los dispositivos de poder y dominación implementados por la sociedad colonial (Boccara, 1996), y desde donde se pusieron en práctica políticas correctivas del comportamiento social indígena (Correa y Mateo, 1999). A su vez, considerando a las sociedades indígenas como sujetos activos en dichos procesos, indagaremos en las múltiples respuestas o estrategias de resistencia generadas frente a las imposiciones del ámbito reduccional.

Los trabajos sobre reducciones para el área pampeana, aunque abocados al siglo XVIII, advierten indicios de diferentes mecanismos de resistencia indígena frente a ellos (Correa y Mateo, 1999; Néspolo, 1999; Nofri, 2001). No obstante, el análisis de los primeros intentos reduccionales en el espacio pampeano sigue siendo un tema pendiente. Nuestro trabajo se centrará, entonces, en la política reduccional desarrollada en Pampa durante las primeras décadas del siglo XVII. Para ello analizaremos fuentes editas e inéditas pertenecientes al Archivo General de la Nación y de Indias -este último conservado en el Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”-. Así buscaremos vislumbrar las condiciones y objetivos que propiciaron la creación de las reducciones, las prácticas desarrolladas con el objeto de modificar el comportamiento social indígena (evangelización, trabajo agrícola, etc.), así como los posibles indicadores de resistencia, aceptación o reelaboración de tales prácticas por parte de los grupos reducidos.


2. Los sistemas reduccionales: ámbitos de “fricción interétnica”


Concebimos a los sistemas reduccionales como espacios sociales de interacción entre sociedades “blanca” e “india”. En este caso en particular, entre segmentos de la sociedad colonial y grupos indígenas de la zona noreste del área pampeana (4). La reducción es identificada como un “sistema interétnico”, donde la relación que predomina es la “fricción”, ya que las relaciones entre unidades étnicas en contacto se producen en términos de sujeción y dominación (Cardoso de Oliveira, 1992). El sistema interétnico está en un permanente equilibrio inestable, ya que el factor dinámico del mismo -en este caso la formación social reduccional- es el conflicto (latente o manifiesto), dado que la base de esa relación es la conjunción de intereses económicos opuestos: el indio procura obtener bienes económicos manufacturados (yerba, tabaco, ganado, ropa, aguardiente, etc.) y el blanco el territorio, la mano de obra o la “conversión” de aquel.

Consideramos que los sistemas reduccionales pampeanos, como espacios de disciplinamiento social indígena, se orientaron en este período a generar productores de excedentes y cristianos (5). Esta práctica es definida por Pinto Rodríguez (1996), como “doble proceso de construcción de sujetos".


3. Las fuentes

Los documentos analizados son de origen diverso. Información editada, proveniente del Archivo General de Indias fue recopilada en la biblioteca del Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”, en Capital Federal, como así también de la colección Gaspar García Viñas, en la Biblioteca Nacional. Se trata de la correspondencia emitida entre funcionarios religiosos y civiles de la región, así como de informes de la Audiencia de Charcas sobre las visitas realizadas a las reducciones. Por otro lado, se recurrió al Archivo General de la Nación, con información inédita perteneciente a la Sala IX y documentos ya editados como los Acuerdos del Extinguido Cabildo de la cuidad de Buenos Aires. Estos últimos conforman una fuente de información importante sobre las opiniones y decisiones que adoptaron los vecinos de la ciudad respecto los indígenas locales.


4. La práctica reduccional a principios del siglo XVII

El objetivo central que guió la política colonial hacia los grupos indígenas fue su incorporación a las actividades productivas como mano de obra, tanto en actividades urbanas como rurales. Con el fin de facilitar la utilización del indígena como fuerza de trabajo se desarrolló la práctica de asentarlos en reducciones cercanas a las ciudades, evitando su dispersión geográfica, para lo cual implementaron en ellas el trabajo agrícola (González Lebrero, 2002). Pero las reducciones también tuvieron como finalidad mediata, sumar herramientas para aumentar la comunicación con los grupos indígenas en aras de educarlos de acuerdo a los valores y creencias cristianas (Nofri, 2001). Este fue uno de los objetivos centrales que persiguió la política reduccional desplegada por las autoridades porteñas. Sabemos de la creación de varias reducciones de indios a principios del siglo XVII. Éstas adoptaron los nombres de los caciques del grupo étnico al que contenían o bien, del espacio geográfico en el que fueron emplazadas (6). Si bien en las fuentes se mencionan otras reducciones, nos limitamos a analizar tres de ellas dada la mayor disponibilidad de datos.
Tabla 1
Reducciones indígenas en pampa (siglo XVII)
Reducción
Cacique
Fecha de aparición en las fuentes
Ubicación geográfica
Cantidad y tipo de población indígena
Administración
San José del Bagual
Juan Bagual
1610
Fundación
Sobre el río Areco.

15 leguas al norte de la ciudad de

Bs. As.
228 indios

mbeguás

querandíes
1 religioso (franciscano)

1 adm. civil.

(Domingo Griveo)
Tubichaminí
Tubí-

chaminí

(pequeño jefe en guaraní)
1615

Fundación

1619

Traslado

Geográfico
30 leguas al norte de la ciudad. En la costa del río Santiago.

-----------------

Al sur de la ciudad, en el pago de Magdalena, sobre el río Todos los Santos.
253 indios

Mbeguás

Querandíes

-----------

Querandíes
1 religiosos (Franciscano)

1 adm. Civil.

(Alonso Muñoz)
Santiago

del Baradero
Bartolomé
1616

Fundación
Noreste de Bs. As.

En la desemboca-

dura del río Arrecifes. Sobre un brazo del Paraná.
197 indios

Chanás,

Mbeguás y Guaraníes

1 religioso (Franciscano)

1 adm. civil.

(Bartolomé Pintos)
Fuente: elaboración propia en base a datos del AGI, Museo Etnográfico. Carpetas B y C.
Hacia 1605, por una Real Cédula, el rey ordena a la audiencia de Charcas realizar una visita a las gobernaciones de su jurisdicción y en 1610, le es encomendada la tarea de informar sobre la situación de los indios reducidos en la región a Francisco de Alfaro, oidor de la audiencia. Según Seoane (1992), la reducción del Bagual, a orillas del río Areco, fue uno de los primeros asientos de indios agrupados en pampa con fines de cristianización y trabajo. A ella le siguieron otras tales como la de Tubichaminí, creada en el pago de Magdalena en 1615 bajo la dirección de los padres franciscanos. Estas y otras reducciones son detalladas por el gobernador Góngora en un informe realizado para el rey en 1619 y 1620:

“...una nombrada San José del cacique Don Bagual sobre el río de Areco, dieciocho leguas, poco más o menos, del dicho puerto. Y otra dieciséis leguas del, tierra adentro, cerca del río grande de la Plata...nombrada del cacique Tubichaminí. Y otra nombrada Santiago del Baradero que está sobre un brazo del río grande del Paraná” (ME, Carpeta C, Nº 11).

Concentraciones como estas facilitaban el control sobre las tribus, además de la administración civil y religiosa. Cada reducción estaba a cargo de un administrador español y varios padres franciscanos: “Estos administradores nombrados Domingo Griveo y Bartolomé Pintos son naturales de esta tierra puestos y nombrados en las dichas reducciones por el dicho Hernandarias de Saavedra” (Ibidem).

El clima de inseguridad en el que vivían los pobladores de la región -fruto de los continuos ataques indígenas- es observado en las resoluciones tomadas, hacia 1617, por los vecinos de la ciudad de Buenos Aires:

“En este Cabildo propuso dicho alcalde, Capitán Gonzalo Caravaxal, que se de quenta al señor Presidente de la ocación forzosa que obligó al Señor Hernando Arias de Saavedra partirse estos días atrás a las ciudades de arriba desta ciudad aquietar indios que andan levantados y an cautivado españoles” (AECBA, t. III,166-168).

Asegurar la circulación entre Buenos Aires y las demás zonas del Río de la Plata formaba parte del movimiento expansivo que buscaba trabajosamente culminar la colonización consolidando, por un lado, los titilantes establecimientos de Tucumán y Asunción, y, por otro, ir poblando una salida al mar (Moutoukias, 1988). Hacia 1615, un padre franciscano esbozaba:

“...el comercio, trato y comunicación que ha visto tener y tiene al presente este puerto con el reino del Perú, Chile y con la provincia del Tucumán, se ha ido engrosando y aumentando la población (...) y el día de hoy está una de las buenas ciudades y la mejor de estas provincias y del Tucumán...” (cit. en Leviller, 1915).

Esto, en relación al surgimiento de corrientes comerciales interregionales vertebradas como economías satélites en torno al polo minero potosino, conjunto regional al que Assadourian (1982) denominó espacio económico peruano.

Un doble papel era asignado, entonces, a las reducciones: asegurar la obtención de mano de obra indígena para la ciudad y las estancias del pago, y “evangelizar” al indio para poder ser incorporado al mundo de la cristiandad.

5. Formas de disciplinamiento social indígena en el ámbito reduccional

Diversas prácticas fueron implementadas, entonces, con el objeto de “instruir” al indígena en las formas sociales y productivas coloniales. La política reduccional desarrollada a principios del XVII, buscó reemplazar prácticas tales como la poligamia, el nomadismo y, sobre todo, la religión de los grupos originarios, por hábitos de trabajo y patrones culturales propios del colonizador.

En la región que nos interesa, administradores civiles y religiosos de las reducciones se dispusieron a encaminar a los grupos reducidos hacia labores que consideraban útiles. La actividad agrícola como camino para sedentarizar al indígena es observada en las reducciones que, en todos los casos, recibieron herramientas para la siembra y animales: “... susténtanse de algún pescado y del maíz que siembran. Tenían dieciséis yuntas de bueyes con sus yugos y arados y veinte novillos cerreros y ocho azadas y ocho anegas de maíz de la comunidad…” (CGGV, Nº 4683).

Esta actividad se ve favorecida por la ubicación estratégica de las reducciones en zonas fértiles y cercanas a los ríos. En una carta de Hernandarias al rey de 1616, se evidencia este objetivo: “…con la reducción que he referido queda navegable este río por estar fundadas en la ribera de él en puestos fertilísimos y abundozos para crianzas y labranzas y (…) de muchas comodidades para los naturales...” (cit. en Areces; 1993).

En cuanto a las formas de asentamiento indígena, también se observan modificaciones en las reducciones. Así, buscan organizarlos de acuerdo a referencias espaciales que señalan una ruptura respecto a las formas precedentes. Muchos de los grupos reducidos pasan de los móviles toldos de cuero a: “...casas cubiertas con paja y palos (...) no tienen camas sino los dichos cueros de caballos sobre los que duermen” (CGGV, Nº 4683).

Pero si los patrones de asentamiento indígena son modificados, éstos están directamente vinculados a otro tipo de modificación: las pautas matrimoniales. La poligamia será sancionada moral y físicamente aplicando castigos a los indígenas que persistan en la misma. Desde fines del XVI, luego de la realización del Sínodo de Santiago del Estero, se ordena legalmente el matrimonio católico entre indios. Así, entre las disposiciones emergentes del Sínodo se enunciaba: “...que duerman los indios casados con sus mugeres (...) no los aparten por cualquier menudencia al uno del otro porque con esto se amanceban con otro y pierden el amor conyugal...” (cit. en Assadourian, 1986).

En la visita del gobernador Góngora a las reducciones se describe a esta práctica como una mala costumbre: “…todos los indios y indias de las dichas tres reducciones consta vivir mal: amancebados cristianos con infieles y infieles con cristianos (...) y hay entre ellos caciques y otros indios que tienen a dos y a tres mujeres” (CGGV, Nº 4683).

Además de la monogamia, se observa una gran preocupación por mantener la diferenciación étnica entre el indio y el europeo, esto se traduce en el arduo trabajo por el evitar el amancebamiento. En 1603, el gobernador Hernandarias dicta una serie de ordenanzas relativas a los indios donde dice:

“...que el tal vecino, encomendero o soldado que así estuviere amancebado con india de su servicio, habiendo sido amonestado por cualquiera justicia que sea y volviendo a reincidir en el dicho delito...tenga por perdida la tal india” (AGI, copia en ME, carpeta B).

La conversión de los indígenas al cristianismo fue quizá la labor más enfatizada en las reducciones -aunque no necesariamente la de mayor éxito-. El Sínodo de 1597 recomendaba la política reduccional destinada a favorecer la labor evangelizadora. En varios informes de visitadores a las reducciones analizadas se observa una gran preocupación por la conversión que es expresada en la clasificación que llevan a cabo de los indios reducidos:

“En la reducción de San José del cacique Bagual se empadronaron treinta y un indios cristianos, los cuatro de ellos caciques en que entra el dicho Don Bagual; y cincuenta y dos indios infieles en que entran cinco caciques y veintiocho indias cristianas y cuarenta y siete infieles, setenta muchachos y muchachas de edad de menos de un año hasta edad de doce años, bautizados o por bautizar, que todos son hombres y mujeres y niños, doscientos veintiocho” (AGI, copia en ME, Carpeta C, Nº10).

Tabla 2
Población indígena en las reducciones de Buenos Aires (siglo XVII)
POBLACIÓN

REDUCCIÓN
INDIOS

CRISTIANOS
INDIOS

INFIELES

INDIOS

BAUTIZADOS

O POR BAUTIZAR

POBLACIÓN

TOTAL
Del Bagual
59
99
70
228
Tubichaminí
33
113
89
235
Stago. de Baradero
121
18
58
197
Fuente: elaboración propia en base a datos del AGI, copia en ME, Carpeta C, Nº 1. Carta del Gobernador Góngora al rey de 1620.
Los datos obtenidos del informe del visitador Góngora (tabla 2) muestran que hay una importante proporción de indios “cristianizados”. A ello debemos sumarle los datos arrojados por el registro material que Alicia Tapia (2000) ha analizado en un cementerio indígena ubicado en las afueras de la reducción. En ellos se advierte sobre la inexistencia de los entierros secundarios y ajuar fúnebre –característicos de las sociedades pampeanas en el período preconquista-. Estos datos, junto a los informes de visitadores estarían indicando una modificación en el sistema de creencias y, por lo tanto, un quiebre en la tradición indígena.

Por último, el hecho de que en las reducciones se ubicaran indígenas de diversas etnias y lugares, respondió a la necesidad de facilitar el mestizaje y la desarticulación socio-étnica, evitando la cohesión del grupo y futuras rebeliones. En una carta del gobernador Góngora al rey de 1619 se informa que los indios de la reducción del Baradero “…provenían de islas del río grande de la Plata...lo cual indica...eran de nación guaraní” (AGI, copia en ME, Carpeta C, Nº 7).

El traslado geográfico o la relocalización de grupos étnicos será un método utilizado para prevenir estas situaciones. Reducciones posteriores como las de la Exaltación de la Cruz de Quilmes en Buenos Aires o Santo Domingo Soriano en la Banda Oriental, respondieron a este propósito (Carlón, 2007).



(*) Florencia Carlón. Laboratorio de Arqueología Regional Bonaerense. Universidad Nacional de Mar del Plata. florcarlon@hotmail.com

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