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domingo, 18 de septiembre de 2011

Una visión costumbrista de la reforma Saavedra Lamas

Autoras/es: Rubén Cucuzza
(Fecha original del artículo: Octubre 2008)


Nos envía el historiador amigo Carlos Suárez:

Como son años de relecturas, les envío una, que seguramente, o casi, habrán también leído, pero por si acaso, comparto. Entraña de Buenos Aires, reúne dos publicaciones de Felix Lima: 1) Con los “Nueve”...(Algunas crónicas policiales), que se editó en ¿1908?, por la imprenta de Rota y Compañía; 2) Pedrín (Brochazos Porteños, Buenos Aires, 1923, por la Librería Editorial Argentina. Son, como dice Lima, crónicas y brochazos. Didáctica, pertenece al segundo de los nombrados. Y ahí va, manteniendo la ortografía original:


DIDACTICA
“Rafael Guerra y Ronda, ordenanza del Ministerio de Justicia y de Instrucción Pública, higienizaba su galoneada levita oficinesca bajo el parral del conventillo de don Italo Piagentín.
-Hacia farta un hombre en este país de mis predilesiones curturales, y ya le tenemo, don encargao, con más empenachamiento y empavesao que fragata de veinticinco palos.
-¿Eh, dun Rafael!... se le foé la mano, el codo y la manga de la camisa a raya... Son mucho ventecinco palo, son mucho. De siguro que osté no ha hecho del marinante, de siguro... ¡ventecinco palo!.... Moltiplica osté bien, moltiplica....
-¡Murtiplico y divido, señó encargao!
-Si osté individe come moltiplica, una indovisión de condominio, lo heredero se quedan abriendo la boca, se quedan.
-¡Oiga usté, señó encargao! ¡Oiga usté! En nautica andaré contra la correntá der termino medio en la materia, lo confieso parpablemente, pero en didáctica, yo surjo como arrecife de corá der mar encrespo y eternamente evolutivo der conocimiento humano. ¡He sió republicano y maestro de escuela en Argeciras! El oleaje desarraigante de la vida me sacó de allá, pa que yo pudiera fondeá en esta bendita tierra, contribuyendo con mi granito de arena ar progreso curturá de la Argentina. Llevo doce años en er ministerio de instrucción pública. Yo, como Rodolfo Sené, he consagrado mi juventú y mis ideale a la gran causa der niño, de los palote y de su elevación mentá. ¡Oh, er niño!... Hacía farta un hombre en este país, y ya le tenemo, señó encargao.
-¡Eh!... Un hombre, come la golondrina, no hace del verano... Necesitamos mucha quente per garabatear con l’arao la tierra de lo latifondista, necesitamo. ¡Se lo digo yo, se lo digo!.
-En agricurtura también marcho contra la correntá del término medio en la materia. Ese hombre que hacía farta es mi ministro, señó encargao. Er dotó Carlos Saavedra Lamas, con su magistrá reforma de la enseñanza, se ha consagrao too un estadista que en na desmerece en er prano inteletuá que ocupó Canalejas, er gran reformao de mi tierra. ¿Y qué me dice usté, señó encargao, de la escuela intermedia, de esa gran creación de mi ministro, especie de fuente de primeros auxilios, de la cuá sardrán los niños con nociones de too, precisas e indestructibles, persistentes e inconmovibles, armaos de pies a cabeza pa luchá a diario y a brazo partio con er arrogante garbanzo de sauco de 65 er kilo?...¡Diga usté!
-Eso noevo plan de l’insenianza, son nigocio per lo librero, dun Rafael. ¡Nigocio! Si lo digo yo, ¿sabe?, que soy tenido cinco chico a l’escoela del gobierno, tre varún y do nena. ¡Nigocio, dun Rafael!
-¡Oiga usté, retardatario! ¡Que ni Maura encallaría en semejante aseveración!. Er libro es er faro que ilumina er sendero de la vida.
¡Ma que faro, farola, iscoela intermedia, primera clase de Mianovicho ni seconda clase económica! ¡Ma qué!... Lo chico precisan de trabajar a la fábrica. Lo demás está pulítica... Con uno poco de saber ler y ascribir la castilla y la coatro peración de la aritmética, basta. Se lo digo yo, ¿sabe? Que soy tenido cinco chico mio a l’iscoela del gobierno, tre varún y do nena.
-Yo no tengo churreles, porque mi esposa es inapetente para la maternidá. Pero adoro tóos los niños, aunque ellos sean sietemesinos, señó encargao, y por eso, tengo profunda fe en la gran reforma de mi ministyro que, a la larga, contribuirá a levantá er nivé morá e intelectuá de tóos los niños argentinos. ¡Ha visto usté eso de la educación der sentimiento mechao en er pran de estudios de las escuelas primarias?...
-¿Sará porque lo niño no fogueteen con lo nido de lo pácaro o lo baquen a piedrada de lo poste del telefún?...
-¡Caye, usté! La educación der sentimiento es elementalísima en pedagogía. Estriba ella en que er niño se encariñe con la música, con er canto, con la flores, con los árboles, con er paisaje. Es la antesala de la poesía en una palabra.
-¡Eh, no va mal, no va...Ma, peró ¡si se podiera hacer un Dante de cada niño!... A propósito, dun Rafael: ¿sabe osté, por qué, dun Saavedra Lama, soprimió l’idioma italiano a lo colequio Nacional?... De siguro que osté que anda entre ellos, ha de saber, de siguro.
-Parpito que ha de ser por antipatía ar Barbera y ar Varpolichela. ¡Er señó ministro bebe Medó!

En: Félix Lima (1969) Entraña de Buenos Aires, Buenos Aires, Solar/Hachette, pp.151-52-53

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