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jueves, 16 de junio de 2016

Manuel Belgrano: ante todo, la educación

Autoras/es: Educ.ar
Espacio para trabajar acerca de las ideas educativas de Manuel Belgrano durante sus primeros años en la gestión pública.
(Fecha original del artículo: Febrero 2016)

En este espacio de reflexión pedagógica nos interesa trabajar acerca de las ideas educativas que Manuel Belgrano puso en práctica durante, fundamentalmente, sus primeros años en la gestión pública en el Consulado, antes de embarcarse en acciones militares vinculadas al proceso de independencia del territorio.

Nuestro conocimiento de Manuel Belgrano, el patriota, el prócer, no suele tomar en cuenta este aspecto de su vida. Sin embargo resulta de mucho interés conocer sus ideas acerca de lo educativo y pensarlas hoy, doscientos años después, dado que permiten un notable acercamiento a su pensamiento, su forma de entender la sociedad y las relaciones sociales, sus ideas sobre la economía y la política.
Como educadores, surgen algunas preguntas: ¿Por qué suele desconocerse esta faceta de Belgrano? ¿Qué tipo de construcción se hizo del prócer a lo largo del tiempo, priorizando algunas acciones y dejando más en las sombras otras?
En nuestra memoria colectiva, el lugar de educador está reservado para Sarmiento. En ese sentido, resulta evidente que Manuel Belgrano no fue un educador. Fue el creador de la bandera . Y el 20 de junio, aniversario de su muerte, celebramos por lo tanto el Día de la Bandera.
Recordemos, entonces, que Manuel Belgrano, que había pasado varios años como estudiante en Europa «entre otras actividades, estudió Derecho en la Universidad de Salamanca entre 1786 y 1793, donde se graduó como abogadoµ vivió de cerca los acontecimientos de la Revolución Francesa y acusó la enorme influencia de este acontecimiento. Era además un gran lector de los iluministas franceses.
Al volver de su larga estadía en Europa, Belgrano, que ya era Secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires –cargo conseguido en buena medida a partir de sus buenas relaciones con la familia Borbón– buscó llevar adelante y concretar proyectos vinculados a lo educativo.
Para Belgrano, la educación era entendida, básicamente, como un fundamental y necesario motor de progreso de la sociedad.
Además, en varias de sus Memorias Consulares, Belgrano dedica espacio a reflexionar sobre la importancia de la educación, dejando en claro su postura. En la primera de ellas sostiene:
«Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna».
Cabe destacar el interés de Belgrano por la educación de las mujeres. En esta línea, en sus primeras Memorias Consulares señala:
«Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad».
En todo el ideario educativo de Belgrano –algunos de cuyos términos pueden resultar llamativos hoy (como que denomine «infelices» a los pobres) y que resultan por tanto necesitados de contextualización– está presente la posibilidad de educar a los más desfavorecidos y darles de ese modo una posibilidad de progresar socialmente. En este sentido señala en su Memoria Consular de 1802: «sin enseñanza no hay adelantamientos» y «he clamado siempre por la escuela (...) como medio para la prosperidad del Estado».
En este espacio de reflexión pedagógica nos interesa trabajar acerca de las ideas educativas que Manuel Belgrano puso en práctica durante, fundamentalmente, sus primeros años en la gestión pública en el Consulado, antes de embarcarse en acciones militares vinculadas al proceso de independencia del territorio.
Nuestro conocimiento de Manuel Belgrano, el patriota, el prócer, no suele tomar en cuenta este aspecto de su vida. Sin embargo resulta de mucho interés conocer sus ideas acerca de lo educativo y pensarlas hoy, doscientos años después, dado que permiten un notable acercamiento a su pensamiento, su forma de entender la sociedad y las relaciones sociales, sus ideas sobre la economía y la política.
Desde una posición que algunos definirían como liberal, Belgrano, experto en política económica, estaba convencido de que era necesario formar a las nuevas generaciones en diversas artes y ciencias y, además, que esta formación debía ser gratuita.
Los esfuerzos de Belgrano en materia educativa se plasmaron en dos instituciones que corrieron diversa suerte:
  • La Escuela de Náutica, que continúa abierta en la actualidad, creada bajo la premisa de que no podía darse el desarrollo económico sin una flota mercante autónoma.
  • La Academia de Geometría y Dibujo, que tuvo corta vida y que Belgrano defendía señalando que:

    "Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda es el alma de las artes. Algunos creen inútil este conocimiento; pero es tan necesario que todo menestral lo necesita para perfeccionarse en su oficio; el carpintero, cantero, bordador, sastre, herrero y hasta los zapateros no podrán cortar unos zapatos sin el ajuste y perfección de vida, si no saben dibujar. Aún se extienden a más que [a] los artistas, los beneficios que resultan de una escuela de dibujo; sin este conocimiento los filósofos principiantes, no entenderán los Planisferios de las esferas celeste y terrestre, ni los armilares que se ponen para [estudiar] el movimiento de la tierra, y [de]más planetas en sus respectivos sistemas: y por consiguiente, los dueños de las máquinas eléctricas y neumáticas y otros muchos que se ponen ya en sus libros".
En este espacio de reflexión quisimos marcar que, además de las imágenes que nos llegan del prócer, existía en Belgrano un fuerte convencimiento acerca del poder transformador de la educación, basado en principios iluministas y fuertemente marcados por los ideales de la Revolución Francesa. No se trata de un prócer que cree en la «pureza y bondad» intrínsecas de educar, sino que entiende que el avance en el conocimiento hará avanzar a la sociedad.
Por eso te proponemos seguir investigando sobre esta faceta de Belgrano. Un abordaje posible para ello es comparar algunas de sus ideas acerca de la educación con las de Sarmiento, o analizar las proclamas de la Revolución Francesa, para entender su influencia decisiva sobre el pensamiento de Belgrano en relación a cuestiones pedagógicas y educativas. De ese modo podremos complejizar la mirada sobre este personaje clave de nuestro pasado.

Enlaces de interés

Referencias bibliográficas
  • Belgrano, M..Documentos para la historia. Tomos I y II. En «Plan de acción» presentado al Consulado de Comercio de Buenos Aires.
  • Belgrano, M.. Escritos económicos. Raigal. Buenos Aires, 1954.
  • Gondra. L.. Las ideas económicas de Manuel Belgrano. Imprenta de la Universidad de Buenos Aires,1933.

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